He visto hombres colgar como marionetas
de los hilos del destino,
seres desnudos con dos rostros
como políticos sorprendidos,
extrañas figuras
con cuerpos como arboles,
donde crecen ramas
que crean nuevas vidas
tan reales,
como absurdas.
He visto seres tan delgados,
parecen escapados a la parca,
figuras desgarbadas
sumidas en calamidades,
prisioneros en las jaulas del destino,
en atroces pensamientos
donde la vida gira sin sentido.
Extraños monumentos a la muerte
a lo perdido,
a la angustia que ha vivido
el hombre en el olvido,
seres descabellados
colgando de hilos,
no los rige el destino,
lo rigen hombres sin sentidos,
impositores de doctrinas
donde solo existe
lo perdido.