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Cinco historia de un sorprendente realismo,
llenas de erotismo y sensualidad.
...Terminamos en la arena, allí a la orilla del mar entre besos y caricias tuvimos sexo por primera vez, sentí su necesidad de ser amada, de sentirse plenamente mujer, satisfecha, regocijada, reía feliz de mis bromas. Nos bañamos en la playa, muy tarde en la noche, desnudos, reía como niña que descubre el juguete pedido en navidad, se sentía feliz, regocijada, casi al amanecer llegamos a mi casa, nos dimos una larga ducha y nos acostamos, ella se descubría como mujer, vivía en una noche lo que no conocía en años de matrimonio...
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